El pasado mes de julio, la Diputación Provincial de Salamanca dio a conocer que la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2012 le obligaba a modificar la jornada laboral de los trabajadores de la institución provincial, que preside Javier Iglesias, también presidente del PP de Salamanca.
Este cambio obligado recibió la crítica de un periódico de Salamanca, para quien la Diputación seguía incumpliendo la Ley ya que "cada empleado trabajará 35 horas a la semana, dos horas y media menos de lo que solicita el Gobierno".
La modificación de horario se refería, de forma concreta, a la reducción de jornada que los trabajadores de la Diputación de Salamanca se veían beneficiados durante las FERIAS Y FIESTAS de Salamanca, en el mes de septiembre, y durane el período estival y navideño. En estos casos, los trabajadores salían a las 14 horas.
Pese a todos estos cambios y modificaciones obligados por la Ley de Presupuestos Generales del Estado, la Diputación de Salamanca hizo una pequeña excepción el pasado día 21, cuando se celebró el conocido como Día de la Provincia, que pone fin a las Ferias y Fiestas de la capital salmantina.
Ese día se organizó un desfile militar en la Plaza Mayor de Salamanca, para homenajear a los pueblos de la provincia salmantina. Y para que los trabajadores de la Diputación acudieran al acto, se permitió su salida a las 13,30 horas. Es decir, que se permitió que estos empleados públicos tuvieran una jornada de cinco horas y media.
Para cumplir las siete horas de jornada obligada, ¿qué va a hacer la Diputación? ¿Va a perdonar una hora y media a los trabajadores? ¿Les obligará a que recuperen ese tiempo?
miércoles, 26 de septiembre de 2012
viernes, 21 de septiembre de 2012
ELLA (maldita)
Me acerqué a ELLA, por primera vez en mi vida, hace casi dos años, cuando mi camino profesional se abrió a otro sector, el de la atención a las personas. Nunca tuve un acceso tan cercano a ELLA, como el que tuve a partir de diciembre de 2010.
Mi mirada hacia ELLA fue de desconcierto. No entendía muy bien su mirada perdida. No lograba encontrar los motivos por los que un día me conocía y al día siguiente me confundía. Intenté acercarme a ELLA con el cariño que en casa me enseñaron a los mayores. Pero no era suficiente.
No entendía nada. Solo oía hablar a los especialistas de un problema psicogeriátrico. Esa palabra la tuve en mi cabeza durante los dos años que estuve en ese camino profesional. Al final, descubrir que el ALZHEIMER tenía multitud de adjetivos. Pero que la realidad es que era un problema psicogeriátrico.
Sus miradas perdidas. Sus carantoñas a destiempo. Sus momentos de desconcierto. Su desconocimiento de la realidad. Sus violencias desmedidas. Sus intentos de fugas. Sus indolencias. Sus apatías. Sus simpatías.
ELLA tenía todas esas características de la personalidad. Unas veces se decantaba por unas. Otras, por el resto. Pero siempre lo hacía de forma no premeditada.
ELLA era la enfermedad maldita. El cáncer mata poco a poco. El alzheimer va comiendo poco a poco el ser de las personas. Pero siguen vivas, aunque hayan muerto como se las conoció años atrás.
Los recuerdos son constantes.
Los personalizo.
Imagino a un hombre de casi dos metros de altura que ya no era el que fue. Le recuerdo paseando por un patio, con las zapatillas de paño de toda la vida, buscando el tractor que "los chicos" no sabían donde lo habían dejado. No conocía a nadie de su entorno más cercano. Los confundía. Incluso agarraba la mano a la mujer con la que nunca había vivido. ELLA le había poseído. Ya no era él.
Mi mente rememora a aquel hombre que me recordaba a muchos hombres de mi pueblo. Afable. Dicharachero. Decían que podría escaparse. Pero la realidad es que buscaba un rayo de luz, un lugar de esparcimiento. Lo encontró en un huerto. Lo cuidaba. Solo se sabía que estaba con ELLA cuando, de vez e cuando, apenas se le entendía lo que decía. Cuando sus acciones no correspondían con sus pensamientos. ELLA estaba con él y él era consciente de que algo le pasaba.
Los dos hombres se habían conocido en su juventud. Ahora no se recordaban. ELLA les había hecho olvidar.
Recuerdo a una mujer con el pelo blanco de los años de vida que tenía. Rígida sobre una silla, apenas articulaba una palabra. No era capaz ni de tenerse de pie. De vez en cuando, te agarraba de la mano y sonreía. Trataba de decir alguna palabra. Pero, mientras mascullaba alguna expresión, te apretaba con más fuerza como el que busca auxilio, como el que trata de salir del lugar que no ha querido entrar. ELLA ya la había cogido como suya. Ya no era ella.
ELLA ha sido la enfermedad que me ha perseguido durante dos años. Pero de la que he aprendido a relativizar. ELLA es maldita. No da opciones de vida. Pero su muerte es agónica. Lenta. Triste para sus entornos. Porque ELLA se ha apoderado de las personas. Ya no son ellas.
Mi mirada hacia ELLA fue de desconcierto. No entendía muy bien su mirada perdida. No lograba encontrar los motivos por los que un día me conocía y al día siguiente me confundía. Intenté acercarme a ELLA con el cariño que en casa me enseñaron a los mayores. Pero no era suficiente.
No entendía nada. Solo oía hablar a los especialistas de un problema psicogeriátrico. Esa palabra la tuve en mi cabeza durante los dos años que estuve en ese camino profesional. Al final, descubrir que el ALZHEIMER tenía multitud de adjetivos. Pero que la realidad es que era un problema psicogeriátrico.
Sus miradas perdidas. Sus carantoñas a destiempo. Sus momentos de desconcierto. Su desconocimiento de la realidad. Sus violencias desmedidas. Sus intentos de fugas. Sus indolencias. Sus apatías. Sus simpatías.
ELLA tenía todas esas características de la personalidad. Unas veces se decantaba por unas. Otras, por el resto. Pero siempre lo hacía de forma no premeditada.
ELLA era la enfermedad maldita. El cáncer mata poco a poco. El alzheimer va comiendo poco a poco el ser de las personas. Pero siguen vivas, aunque hayan muerto como se las conoció años atrás.
Los recuerdos son constantes.
Los personalizo.
Imagino a un hombre de casi dos metros de altura que ya no era el que fue. Le recuerdo paseando por un patio, con las zapatillas de paño de toda la vida, buscando el tractor que "los chicos" no sabían donde lo habían dejado. No conocía a nadie de su entorno más cercano. Los confundía. Incluso agarraba la mano a la mujer con la que nunca había vivido. ELLA le había poseído. Ya no era él.
Mi mente rememora a aquel hombre que me recordaba a muchos hombres de mi pueblo. Afable. Dicharachero. Decían que podría escaparse. Pero la realidad es que buscaba un rayo de luz, un lugar de esparcimiento. Lo encontró en un huerto. Lo cuidaba. Solo se sabía que estaba con ELLA cuando, de vez e cuando, apenas se le entendía lo que decía. Cuando sus acciones no correspondían con sus pensamientos. ELLA estaba con él y él era consciente de que algo le pasaba.
Los dos hombres se habían conocido en su juventud. Ahora no se recordaban. ELLA les había hecho olvidar.
Recuerdo a una mujer con el pelo blanco de los años de vida que tenía. Rígida sobre una silla, apenas articulaba una palabra. No era capaz ni de tenerse de pie. De vez en cuando, te agarraba de la mano y sonreía. Trataba de decir alguna palabra. Pero, mientras mascullaba alguna expresión, te apretaba con más fuerza como el que busca auxilio, como el que trata de salir del lugar que no ha querido entrar. ELLA ya la había cogido como suya. Ya no era ella.
ELLA ha sido la enfermedad que me ha perseguido durante dos años. Pero de la que he aprendido a relativizar. ELLA es maldita. No da opciones de vida. Pero su muerte es agónica. Lenta. Triste para sus entornos. Porque ELLA se ha apoderado de las personas. Ya no son ellas.
domingo, 16 de septiembre de 2012
Una exposición de fotos de Martínez Novillo descubre su pasión por paisajes
Salamanca, 14 sep (EFE).- Una exposición de fotografías hechas por el pintor madrileño Cirilo Martínez Novillo, que se podrán ver en el Museo de Salamanca hasta el 14 de octubre, han redescubierto su pasión por el paisajismo español y, de forma más concreta, por el de Castilla, Levante y Galicia.
Según ha explicado hoy su hijo Álvaro Martínez, esta muestra ha supuesto sacar a la luz "el apoyo" que el pintor, nacido en el barrio madrileño de Vallecas en 1921, tenía en la fotografía para expresarlo, más tarde, en sus acuarelas.
La exposición lleva por título "Cirilo Martínez Novillo. Paisajes. Fotografías 1957/1990" y en ella se recoge una parte de su trabajo fotográfico, medio centenar de imágenes que "documenta la importancia del paisaje, en gran parte castellano, en su trayectoria estética y personal", ha señalado por su parte el delegado de la Junta de Castilla y León en Salamanca, Bienvenido Mena.
Martínez Novillo formó parte de la conocida como Escuela de Madrid, con la que se vinculó por sus pintura del el paisaje castellano y ha sido uno de los artistas considerados como básicos en la pintura española de la modernidad.
En los años cincuenta su obra se centró más en el paisaje y fue enriqueciendo su color, un hecho que demuestra con la exposición abierta hoy en Salamanca, donde aparecen fotografías reveladas en color.
Según su hijo Álvaro, las fotos le salían "con mucho color", aunque esto no desmerecían sus cuadros, "ya que mantenía en su retina el paisaje que había retratado".
Además, estas imágenes han descubierto en Cirilo Martínez Novillo un "adelantado en su época" en el aspecto fotográfico, ya que en los años cincuenta mostraba una España "rural y nada folclórica".
Ha recordado que las personas que le recogían las fotos para revelar le decían que eran "muy raras", porque la mayoría aparecían "sin figuras".
Las fotografías de Martínez Novillo no estaban, en su mayor parte, reveladas, por lo que su hijo Álvaro ha destacado que le hubiera encantado verlas como aparecen en papel.
"Utilizaba un pequeño visor para ver la fotografía que había hecho de algún paisaje y, posteriormente, las trasladaba al óleo", ha añadido el hijo del pintor español, muerto en Madrid en 2008.
Bienvenido Mena ha explicado que esta exposición "transporta, de manera documental, a la España del siglo pasado, una España de un paisaje, puro o agredido, en el que se inserta el trabajo del hombre, que se refleja en los rostros que aparecen fotografiados".
Además, ha recordado la relación de Martínez Novillo con Salamanca, donde expuso, recibió premio y dejó amigos.
Su hijo Álvaro ha ido más allá al recordar que uno de los premios nacionales que recogió Cirilo Martínez Novillo se debió a una pintura con una imagen de la localidad de Alba Tormes, cerca de Salamanca. EFE
Según ha explicado hoy su hijo Álvaro Martínez, esta muestra ha supuesto sacar a la luz "el apoyo" que el pintor, nacido en el barrio madrileño de Vallecas en 1921, tenía en la fotografía para expresarlo, más tarde, en sus acuarelas.
La exposición lleva por título "Cirilo Martínez Novillo. Paisajes. Fotografías 1957/1990" y en ella se recoge una parte de su trabajo fotográfico, medio centenar de imágenes que "documenta la importancia del paisaje, en gran parte castellano, en su trayectoria estética y personal", ha señalado por su parte el delegado de la Junta de Castilla y León en Salamanca, Bienvenido Mena.
Martínez Novillo formó parte de la conocida como Escuela de Madrid, con la que se vinculó por sus pintura del el paisaje castellano y ha sido uno de los artistas considerados como básicos en la pintura española de la modernidad.
En los años cincuenta su obra se centró más en el paisaje y fue enriqueciendo su color, un hecho que demuestra con la exposición abierta hoy en Salamanca, donde aparecen fotografías reveladas en color.
Según su hijo Álvaro, las fotos le salían "con mucho color", aunque esto no desmerecían sus cuadros, "ya que mantenía en su retina el paisaje que había retratado".
Además, estas imágenes han descubierto en Cirilo Martínez Novillo un "adelantado en su época" en el aspecto fotográfico, ya que en los años cincuenta mostraba una España "rural y nada folclórica".
Ha recordado que las personas que le recogían las fotos para revelar le decían que eran "muy raras", porque la mayoría aparecían "sin figuras".
Las fotografías de Martínez Novillo no estaban, en su mayor parte, reveladas, por lo que su hijo Álvaro ha destacado que le hubiera encantado verlas como aparecen en papel.
"Utilizaba un pequeño visor para ver la fotografía que había hecho de algún paisaje y, posteriormente, las trasladaba al óleo", ha añadido el hijo del pintor español, muerto en Madrid en 2008.
Bienvenido Mena ha explicado que esta exposición "transporta, de manera documental, a la España del siglo pasado, una España de un paisaje, puro o agredido, en el que se inserta el trabajo del hombre, que se refleja en los rostros que aparecen fotografiados".
Además, ha recordado la relación de Martínez Novillo con Salamanca, donde expuso, recibió premio y dejó amigos.
Su hijo Álvaro ha ido más allá al recordar que uno de los premios nacionales que recogió Cirilo Martínez Novillo se debió a una pintura con una imagen de la localidad de Alba Tormes, cerca de Salamanca. EFE
Vinculan el claustro de Palamós con restos de la Catedral Vieja de Salamanca
Justino Sanchón
Salamanca, 16 sep (EFE).- Un grupo de expertos -canteros, historiadores, escultores y aparejadores- han vinculado el origen del claustro de Palamós con restos románicos de la Catedral Vieja en la ciudad de Salamanca, en un trabajo de investigación que están realizando.
El estudio, al que ha tenido acceso Efe y a cuyo frente está el aparejador e historiador Jesús Maldonado, sugiere que el claustro de Palamós, una recreación historicista según un informe de la Generalitat de Cataluña, pudiera haberse entramado con elementos de otro existente en la Catedral Vieja, que se reformó en el siglo XVIII por los daños sufridos a raíz del terremoto de Lisboa (1755).
La arcada de Palamós, en una finca privada de este municipio gerundense, vio la luz pública a principios del pasado junio, tras las pesquisas realizadas por el profesor de Historia del Arte Gerardo Boto, aunque dos meses después un estudio de la Generalitat de Cataluña determinó que es una recreación historicista construida en el primer tercio del siglo XX, y no un claustro románico del XII.
Sin embargo, en este estudio oficial se concretó que la piedra con la que estaban construidos los arcos, las columnas y las bases era arenisca de Villamayor, un municipio cercano a Salamanca del que han salido la mayor parte de los sillares con los que se han construido los monumentos salmantinos.
"Se cargaron el claustro románico de la catedral vieja desmontando las arcadas exteriores con zócalo, basas, fustes, capiteles, chambranas, cornisas y escudos", ha insistido en declaraciones a Efe Jesús Maldonado, quien también ha trabajado en la restauración de edificios emblemáticos de Salamanca como la Clerecía o la fachada histórica de la Universidad.
Este investigador se ha preguntado por el destino "de las arcadas desmontadas en el claustro románico de la Catedral Vieja", y él mismo ha respondido que, "o bien se han destruido, o se han utilizado como objeto de venta, por lo que podrían estar en Palamós".
La investigación de los expertos salmantinos vinculó en un principio el hallazgo de Palamós a dos claustros románicos de los que apenas quedan seis arcadas y que todavía se mantienen en pie en Salamanca: el del convento de Nuestra Señora de la Vega y el de la antigua seo.
Ambos fueron desmontados y sustituidos en la segunda mitad del siglo XVIII con la participación de arquitectos como los García de Quiñones, "apasionados por el furor barroco que destruía el arte medieval desordenado, como definían, y que habían heredado", según el técnico Jesús Maldonado.
Tras diversas comprobaciones se ha descartado la opción del convento de Nuestra Señora de la Vega, por una diferencia de medidas de los capiteles y las basas de este claustro con los de Palamós.
El profesor de Historia del Arte de la Universidad de Girona, Gerardo Boto, considerado uno de los estudiosos del románico castellano, siempre ha mantenido que el origen de los capiteles del claustro de Palamós podría ser alguna de las iglesias o monasterios de Castilla y León.
Boto, tras ver la construcción, basó su teoría de autenticidad en el desgaste de la piedra y, sobre todo, en un emblema heráldico en forma de fortaleza que representa la corona de Castilla.-EFE
Suscribirse a:
Entradas (Atom)