martes, 15 de enero de 2013

Obras para mantener el carácter de vieja dama a la Torre de las Campanas de la Catedral de Salamanca

Salamanca, 10 ene (EFE).- La Torre de las Campanas de la Catedral de Salamanca busca seguir con su carácter de vieja dama, elevada en la ciudad como si se tratara de una atalaya desde la que se observa a sus pies la capital salmantina.

Unos modernos andamios tienen encorsetados la torre, de casi cien metros -lo que equivale a un edificio de más de 30 pisos-, que sigue viva pese a los años que han pasado por ella y por las continuas reformas que ha vivido y sufrido.

Desde hace más de dos meses, unas obras pretenden darle por dentro el esplendor y la majestuosidad que tienen por fuera, para poder ser visitada y que el turista encuentre un nuevo foco de atención en esta Salamanca monumental.

Cerca de 200 escalones serán necesarios subir para llegar hasta la sala donde se encuentran las campanas, en una torre que se alza entre las dos catedrales de Salamanca, la Nueva y la Vieja.

De esta manera, el Ayuntamiento salmantino va a poner su grano de arena, de un millón de euros, para que esta seo se vista de luces para celebrar en mayo próximo su quinto centenario.

Esta vieja dama anciana, como la ha definido Valentín Berriochoa, el arquitecto director de esta obra de restauración, quiere lucir con esplendor y lo hará casi desde la base de la torre, en la capilla de San Martín, en la Catedral Vieja.

Tras subir cerca de 200 escalones, a través de una escalera de sección cilíndrica, a partir de la primavera se podrá comprobar las distintas etapas por las que ha pasado la construcción de esta torre, que comenzó en el siglo XIII, siguió en los XVI y XVIII y ahora, en el XXI, vivirá una profunda obra de restauración.

La visita, guiada por el arquitecto Valentín Berriochoa, que en el año 2000 obtuvo el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales, y el alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, se ha podido comprobar el estado de las obras y el camino que llevan para lograr un espacio majestuoso y "uno de los más emblemáticos de la ciudad", como ha asegurado ante los medios de comunicación el regidor salmantino.

Según se llega a la zona de las campanas, el deterioro exterior de la piedra de Villamayor, la arenisca con la que está construida las catedrales, se hace más intenso.

Y sobre todo en la orientación sur, por los cambios bruscos del tiempo, pero, según Valentín Berriochoa, con "deterioros cutáneos", por lo que se hace necesario "darle un nuevo aire", respetando el carácter de "vieja dama anciana" y evitar "rejuvenecerla hasta convertirla en un adefesio vestida de joven".

En los cerca de 200 escalones que serán necesarios subir para llegar a la zona más alta, se pasarán por diversas instancias, denominadas del reloj o de la bóveda, y una que será inaccesible, en las que se vislumbrarán las diferentes etapas históricas en las que se construyó esta Torre de las Campanas: comenzó en el siglo XII, continuó en el XVI y se remató en el XVIII, con diversos avatares, como "incendios demoledores" que obligaron a desmontar una bóveda que allí había.

Las paredes externas tienen la dureza de las inclemencias del tiempo, que han convertido a la piedra de Villamayor en un muro intratable y perenne.

Mientras, las paredes internas están repletas de escritos y de las firmas de los canteros que allí trabajaron.

Y es que, tal y como ha recordado el arquitecto director de la restauración Valentín Berriochoa, hasta hace 20 años esta zona era visitable para lo que había que comprar "un tiquet que costaba una peseta", por lo que las viejas inscripciones históricas, como algunos salmos de la Biblia, han convivido con "grafitis de la época"

Uno de ellos recordaba a un tal "Emilio, de 1879", prácticamente unido a uno que hacía referencia a un tal "José Méndez" y otro era una declaración de amor de mediados del siglo XX.

Y entre ellos, muchas líneas rectas o señales que en otros tiempos tuvieron su significado, ya que se trata de las firmas de los canteros que trabajaron en su construcción.EFE