Gurrutxaga, mi gran Gurrutxaga. Aquel señor que me hizo disfrutar de sus canciones, con doble sentido, en los años 80 me volvió a hacer vibrar el pasado sábado en el Teatro Bellas Artes de Madrid, con una obra, 'Carcajada Salvaje', en la que comparte escenario con la salmantina Charo López. El cantante de la Orquesta Mondragón demostró sus dotes artísticas en el escenario, con una obra difícil de conjugar la risa con la carcajada y con la profundidad de los mensajes.
Gurrutxaga estuvo perfectamente situado en el escenario.
Supo manejar la cadencia de su voz. Controló su corto tamaño en un escenario pequeño para ofrecer un gran resultado, de enorme valía profesional. Y demostró su profesionalidad. Una gran interpretación. Un gran Gurrutxaga.
Y junto a él, Charo López. Quizá con menos voz que la que se podría esperar. Pero con una gran presencia, típica de esta actriz salmatnina.
Una gran obra. Un gran divertimento. Y una gran crítica social.
Sólo una pregunta: ¿Se dará la Iglesia por aludida en la gran crítica de Gurrutxaga por su actitud ante la homosexualidad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario