domingo, 25 de diciembre de 2011

Felicidad

Sus ojos brillan por momentos. Era uno de los instantes esperados. Acaba de abrir su paquete. Su deseo se ha hecho realidad. Aparece el objeto de sus sueños. O, por lo menos, lo que lleva soñando en los últimos meses. Pero qué más da. Sus instantes son eso, momentos que pervivirán.
El brillo de sus ojos es rutilante. Incluso, a sus 10 años, cree haber visto una luz en el cielo estrellado que le lleva a pensar en renos y trajes rojos reales.
Estos instantes son los que deben perdurar. Ver a pequeños con ilusiones, aunque sean materialistas. Pero lo que tenemos que hacer es convertir esos momentos fugaces en situaciones más largas, para que la sonrisa del pequeño o la pequeña se haga más intensa.
¿Quién no cambiaría todo por una sonrisa de sus hijos, sus sobrinos....?
¿Quién no querría convertir cada día de su existencia en momentos fugaces de ilusiones?
Qué más da que sean Papa Noël, los Reyes Magos... El origen es lo de menos. Lo más importante es ver a esos pequeños sonriendo. Aunque sea con un arco de madera hecho por ellos. No es una cuestión de regalos -para aquellos que quieran ver en mi un materialista que por una sonrisa de sus hijos les compraría cualquier objeto-.
Es una cuestión de FELICIDAD. De ver a tu hijo, tus sobrinos con una sonrisa...

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