sábado, 10 de septiembre de 2011

El amor a primera vista

(Publicado en El Adelanto de Salamanca, el jueves 8-09-2011)

Víctor Manuel escribió hace muchos años, en 1978, una canción llena de hermosura y realismo. El cantante asturiano, en el estribillo de ‘Sólo pienso en ti’, decía que juntos de la mano, se les ve por el jardín, no puede haber nadie en este mundo tan feliz”.
Era una historia de amor, pero no una más. Era la vida de dos personas con deficiencias que encontraron el amor en el mismo lugar donde estaban internados. Víctor Manuel entonaba que “si se miran bien les corren mil hormigas por los pies, ella le regala alguna flor y él le dibuja en un papel algo parecido a un corazón”.
La belleza hecha realidad. El humanismo de forma tangible. La sensibilidad con música. Es más, esa pareja a la que cantaba Víctor Manuel hoy está casada y tiene hijos. Era todo real.
Esa hermosura se puede comprobar casi a diaria en centros para mayores, donde la convivencia entre los residentes es, en unos casos, difícil y, en otros, muy fácil de llevar. Todo está en función de quién lo trate de poner en práctica.
Incluso, en algunos casos, se puede llegar a confundir la amistad con el amor, según el grado de deterioro cognitivo que puedan tener los residentes. Pero es tan bella la estampa de dos personas –hombre y mujer- agarrados de la mano, paseando por las instalaciones del centro que les engrandece mucho más como personas.
En su delirio uno es quien quiere que sea. En su demencia, la otra es quien cree que es. En una palabra, en sus deficiencias cognitivas los dos no son quienes creen ser. Pero se agarran de la mano creyendo que son quienes no son.
Ante esto, ¿qué se debe hacer? ¿Cómo debemos reaccionar los familiares? Los profesionales deben orientarnos. Aunque todo hay que circunscribirlo en una patología cognitiva, la realidad es que la belleza o la ternura de ese momento puede ser malinterpretada por otras personas, que lejos de ayudar a relativizar el problema lo agrandan con comentarios fuera de lugar.
El amor debe de existir, y existe, aunque sólo sea de forma imaginativa. Porque, como decía Víctor Manuel, “no puede haber nadie en este mundo tan feliz”.

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